Por desgracia las entidades aseguradoras rechazan en muchas ocasiones pagar lo que les corresponde o bien realizan ofertas de pago a la baja.
Es también habitual que demoren los pagos exigiendo documentación o información no necesaria, o dilatando los procesos de reclamación extrajudicial.
Si actúan de esta manera es porque saben que mucha gente, cansada de esperar, desiste de su reclamación o acepta la cantidad que le ofrecen para no seguir luchando por lo que le corresponde y tener que iniciar un procedimiento judicial. Se trata de una práctica a todas luces abusiva, pero que se da cada día cientos de veces.
El listado de excusas que ofrecen las compañías aseguradoras para no pagar es amplio, y podemos citar a modo de ejemplo las siguientes: falta de pago de prima, hecho no cubierto por la póliza, infraseguro, prescripción, comunicación del siniestro fuera de plazo, mala fe al responder el cuestionario de salud, patología preexistente, no responsabilidad de su asegurado, etc.
Estas prácticas abusivas que estamos comentando se dan en todos los ramos: seguros de vida, de salud, de vehículos a motor, de hogar, de responsabilidad civil, etc., si bien dependiendo del ramo asegurador unas excusas prevalecen sobre otras.
Además, se da la paradoja de que la gente acepta sin rechistar esas denegaciones porque “me lo ha dicho el seguro”, dando por cierto que no hay otra interpretación posible. Incluso se asumen como ciertas la respuestas recibidas: “es que lo pone la póliza”, “yo lo firmé”, “el coche ya tiene 10 años y no me pueden pagar la reparación”, “su médico considera que no tengo secuelas tras el accidente”, etc.
En relación con la firma de la póliza, hay que preguntarse si la aseguradora se escuda en una cláusula limitativa y, si lo es, si ésta fue debidamente aceptada por el tomador. No es objeto de este artículo el explicar la diferencia entre cláusulas limitativas y delimitativas, pero sí quiero poner de manifiesto que la mera firma de la póliza no implica la aceptación de todas las cláusulas del contrato, ya que en muchas de ellas se exige una aceptación más clara y explícita, no siendo suficiente con estampar una firma en una póliza de 20 páginas repletas de cláusulas y subcláusulas.
Por ello, el objetivo de estas líneas es concienciar a la gente para que antes de asumir la respuesta que le dé un seguro, consulte antes con un abogado experto en la materia. Éste le informará de sus derechos, de si la respuesta que le han dado es correcta y, en caso de que no lo sea, de las vías posibles para reclamar lo que le corresponda.
Si precisa más información con algún tema relacionado con un seguro, no dude en contactar con nosotros.
Abogado
Foto: flickr